Casi un Tercio de las Parroquias Afectadas por las Fusiones, en Anunciodel Cardenal acerca de las Decisiones de la Iniciativa

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La Arquidiócesis de Nueva York anunció la semana pasada la mayor reestructuración de las parroquias en sus más de 200 años de historia; y el Cardenal Dolan dijo que aquello proporcionaría una actualización muy necesaria en el panorama local de nuestra iglesia, permitiendo que la arquidiócesis y sus parroquias se muevan más allá del mantenimiento hacia la misión a la cual han sido llamadas.

El 2 de noviembre, durante las misas dominicales a través de toda la arquidiócesis, los fieles se enteraron oficialmente de cómo a sus parroquias les había ido; algunas de ellas encontrando resultados muy tristes, mientras que otras aplaudían la noticia de que sus parroquias no se fusionarían.

De hecho, las mismas fusiones llegaron en dos formas.

La primera lista de 48 parroquias fusionadas incluyó 24 iglesias parroquiales y otras 24 iglesias, que ya no eran parroquias, y en donde la misa y los sacramentos se seguirán celebrando.

(La recientemente creada Oficina de Planificación Parroquial, bajo la dirección de Eileen Mulcahy, una veterana empleada arquidiocesana; tendrá la tarea de evaluar estas parroquias recientemente fusionadas, cada dos años; así como cada una del resto de las parroquias de la arquidiócesis).

Una segunda lista de 64 parroquias fusionadas resultaría en 31 iglesias parroquiales, después del 1 de agosto de 2015. Las misas y los sacramentos no serán ofrecidas en las otras iglesias, con la excepción de ocasiones especiales.

En conjunto, las fusiones afectan a 112 -o un poco más del 30 por ciento- de las 368 parroquias de la arquidiócesis.

La reestructuración se produjo como resultado de una iniciativa de planificación pastoral general, llamada Haciendo de Todas las Cosas Algo Nuevo, la cual se inició en el 2010 y que fue totalmente implementada a nivel parroquial en toda la arquidiócesis durante el año y medio pasado.

El anuncio de la arquidiócesis describiendo las decisiones describió a Haciendo de Todas las Cosas Algo Nuevo, como “la primera iniciativa de planificación pastoral en incorporar la participación de todo tipo de personas en todas las parroquias de la arquidiócesis”.

Además de las fusiones descritas anteriormente, un pequeño número de propuestas para fusiones adicionales han surgido de la propia reflexión del cardenal sobre las propuestas que se le presentaron, así como de las discusiones con sus asesores clave. El cardenal ha pedido que estas propuestas sean compartidas con los grupos parroquiales apropiados y el comité asesor arquidiocesano para obtener sus aportes y recomendaciones. Una revisión por parte del Consejo de Sacerdotes también se llevará a cabo antes de que se tomen las decisiones finales.

El anuncio de la arquidiócesis señalo, “Es de esperar que estas nuevas propuestas sean puestas a consideración a la mayor brevedad posible a fin de que las decisiones finales se alcancen en los próximos meses”.

El Cardenal Dolan, en una entrevista con Catholic New York y Catholic News Service la misma la tarde -uno de las muchas que el concedió a diversos representantes de los medios- dijo que la arquidiócesis ha estado viviendo “dentro de una infraestructura que se inició en la década de 1880 y alcanzó su punto máximo en 1950”. Una faceta de ese panorama parroquial era que 88, o aproximadamente el 25 por ciento, de 368 parroquias de la arquidiócesis se encontraban en Manhattan, la cual tiene aproximadamente solo el 12 por ciento de la población católica de 2.8 millones.

“Se trata de afinar y ajustar la arquitectura parroquial que hemos heredado del Cardenal (Francis) Spellman, a quien admiro inmensamente. Lo que pasa es que lo que se necesitaba antes, no es lo que más necesitamos ahora”, dijo el cardenal.

El Cardenal Spellman fue Arzobispo de Nueva York desde 1939 hasta 1967, un período que incluyó un auge de la construcción después de la Segunda Guerra Mundial y en donde se levantaron muchas iglesias parroquiales y escuelas por toda la arquidiócesis.

De las fusiones anunciadas, nueve son iglesias en donde no se realizaran funciones sacramentales después del próximo agosto y las cuales se encuentran en Manhattan. Otras seis fusiones envuelven a parroquias de Manhattan en donde una parroquia es designada como la iglesia parroquial y la otra permanecerá abierta para las misas y funciones sacramentales.

Los altos números de ambas categorías de proceso de fusión también están afectando a las parroquias en el Bronx y en el condado de Westchester.

“Si usted hace las cuentas, esta todo al revés y no tiene mucho sentido”, dijo el cardenal, haciendo un contraste acerca de la sobreabundancia de edificios de la iglesia en Manhattan y algunas otras partes de la ciudad de Nueva York, respecto a las condiciones reflejadas en algunas parroquias en los condados de la parte superior de la arquidiócesis en donde se ofrecen misas en salones donde solamente se puede estar de pie, y cafeterías y gimnasios, debido a la falta de instalaciones más adecuadas de la iglesia en esos lugares.

La necesaria implementación de los cambios recomendados y aceptados durante el proceso de la iniciativa “Haciendo de Todas las Cosas Algo Nuevo” no hace de las fusiones algo más fácil de aceptar, especialmente en las iglesias en donde ya no se celebraran misas, y los sacramentos ya serán administrados dentro de nueve meses, dijo el cardenal.

El cardenal añadió que ya había hablado ese día con un par de párrocos quienes estaban tristes hasta el punto de derramar lágrimas cuando se les dio el anuncio acerca de la fusión de sus parroquias por la mañana. El cardenal admitió que él, también, derramó algunas lágrimas con ellos.

La tristeza estuvo teñida de un sentimiento de pérdida, confusión e incluso rabia de muchas parroquias, sobre todo por parte de aquellos quienes oran en las iglesias en donde las funciones sacramentales cesarán el próximo año.

“Ahí es donde más duele”, dijo el cardenal. “Ahí es donde las están lágrimas”.

El periodo de tiempo de nueve meses fue diseñado para ofrecer tiempo suficiente para que los feligreses puedan adaptarse a la nueva realidad y hagan una transición a una comunidad en una parroquia vecina la cual está “ansiosa por darles la bienvenida”, explicó el cardenal. El anticipa que algunos feligreses de las parroquias afectadas van a empezar a acercarse a las nuevas iglesias casi de manera inmediata, mientras que otros van a necesitar más tiempo.

El comparó la transición que muchos católicos enfrentan ahora con lo que pasa en aquellas familias en donde las personas ancianas se ven obligadas a cambiar su casa después de muchos años, ya que la misma se ha convertido en algo demasiado grande para ellos poder mantener. En la transición hay mucha discusión y planificación de tal forma que los padres y mayores puedan ser reasentados cómodamente en un nuevo hogar.

“Queremos dar a nuestra gente el tiempo”, dijo el cardenal.

Aun así, la reestructuración de las parroquias de la arquidiócesis a través de Haciendo de Todas las Cosas Algo Nuevo no es un ejercicio opcional, sino un reajuste necesario de las parroquias de la arquidiócesis en línea con las prioridades pastorales, tal como el cardenal y el Obispo Auxiliar John O’Hara, director de planificación pastoral estratégica, explicaron durante la entrevista.

El anuncio de la arquidiócesis explicando las decisiones hizo énfasis en nueve áreas en las cuales los feligreses de la arquidiócesis, junto con otros incluyendo sacerdotes y religiosos, el Consejo Pastoral de la Arquidiócesis y el propio Cardenal Dolan, identificaron las prioridades para la planificación pastoral. Ellos incluyen la necesidad de un plan pastoral estratégico para las escuelas católicas; la mejora de los programas de educación y formación en la fe religiosa para niños, jóvenes y adultos; mayor alcance a los diversos grupos étnicos, especialmente los católicos hispanos y los inmigrantes recientes; y el aumento en el ministerio para adolescentes, estudiantes universitarios y adultos jóvenes, junto con una serie de otras áreas.

El Obispo O’Hara señaló que el proceso de planificación pastoral no era únicamente acerca de decidir que parroquias se fusionarían, sino que también involucró a todas las parroquias, a través de sus grupos de representantes, en la formulación de “planes de colaboración” para hacer frente a todo lo que se podría presentar al trabajar de la mano en un plan conjunto para la pastoral juvenil en varias parroquias; o la mejor manera de atender pastoralmente a los hogares de ancianos y hospitales dentro de una subregión determinada.

“Las parroquias están ahora hablando con las parroquias de al lado”, dijo el obispo.

El cardenal citó el éxito de Rutas hacia la Excelencia, el plan estratégico para las escuelas de la arquidiócesis, el cual implicó el cierre de un número significativo de escuelas, pero que al mismo tiempo dio lugar a un fuerte sistema regional de educación católica.

Una de las lecciones aprendidas de esa experiencia, el cardenal dijo, fue que el proceso funcionó mucho mejor cuando las personas en el ámbito local “estuvieron involucradas y no sorprendidas”. Eso es lo que Haciendo de Todas las Cosas Algo Nuevo esta tratado de hacer, él dijo.

Tanto el cardenal como el Obispo O’Hara también hicieron hincapié en el hecho de que el proceso no se ha completado aun.

Al cardenal se le ha pedido acerca de la posibilidad de promulgar un programa de evangelización para despertar a la población católica -no sólo en Nueva York sino también en otros lugares- que no viene a misa los domingos y que no participa en otras actividades parroquiales en un número suficiente.

El cardenal señaló que los fieles que están faltando son un gran problema para la arquidiócesis y en las parroquias individuales. “Ellos no van a venir más. Tenemos que recuperarlos de alguna forma”, él dijo.

En los últimos años, los esfuerzos de evangelización de toda la arquidiócesis han sido obstaculizados porque las parroquias no tenían los recursos para apoyar este tipo de iniciativas, informó el cardenal. El mantenimiento de las instalaciones ha tomado prioridad sobre los esfuerzos de evangelización, el añadió.

“Están tan oprimidos por las facturas y el mantenimiento necesario en las estructuras, que no pueden cumplir con su misión”, dijo el cardenal de los párrocos y parroquias de la arquidiócesis.

“Tenemos que hablar de cómo llenar los edificios, no de cómo mantenerlos”.