LORD, TO WHOM SHALL WE GO?

¿Pensando En Volver a La Iglesia?

‘¡La Puerta Está Abierta!’

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No es demasiado tarde para las resoluciones de Año Nuevo, ¿Verdad?
Quizás es el “efecto Francisco”, pero más y más gente me está diciendo, “padre, estoy realmente pensando en volver a la Iglesia”.
¡Aleluya! Esa gracia es una respuesta a la oración.
Lo que están diciendo es que de hecho ellos son católicos, pero que se han alejado, y se han vuelto un poco perezosos, o incluso han dejado a la Iglesia del todo. Y ahora, gracias a Dios, tienen la sensación de un tirón hacia atrás.
Todo lo que puedo decir es: “¡La puerta está abierta!”
Muchos de ellos -y yo se que están hablando en serio- preguntarán cómo pueden volver. ¡Esa es una pregunta que me encanta escuchar!
Por lo general, yo recomiendo unos pocos sencillos pasos. Y los enumero aquí porque no son malas resoluciones, incluso para aquellos que continúan con nosotros en la fe.
El primero sería la oración, cuanto más simple, mejor. Así que para aquellos que se preguntan, “¿Cómo puedo volver?”, yo les respondo. “Realmente acabas de hacerlo. Tu deseo sincero de volver a Nuestro Señor y a su Iglesia es en sí mismo una oración y un acto de retorno”.
Yo recomiendo que todos los días, por la mañana y por la noche, dirijamos nuestros pensamientos a Jesús: Cuando nos levantemos por la mañana, simplemente susurremos: “Jesús, gracias por el don de la vida y por este nuevo día. Ayúdame con tu gracia a pasar este día. Que nada de lo que haga pueda lastimarte a ti ó a cualquier persona. Te ofrezco todo a ti como un regalo, ¡Porque todo lo que yo tengo es un regalo tuyo!
Por la noche, simplemente digamos: “Jesús, gracias por toda tu gracia del dia de hoy. Tu misericordia, por favor, si te he hecho daño a ti o a alguna persona. ¡Me encomiendo a ti!
“El segundo paso para un retorno es la misa dominical. Dios es sabio: El sabe que necesitamos darle su día. Sólo el 30 por ciento de nuestros católicos, nos dicen, son fieles a la misa dominical. Aquí está nuestro desafío más urgente.  ¡Volvamos a la misa dominical!  ¡No excusas! Tomen mi palabra en serio: Todo su maravilloso deseo de “volver a la Iglesia” va a ser tan efectivo como su decisión de perder 30 libras a menos que regresen a la misa dominical. ¡Dios sabe lo que está haciendo! Su tercer mandamiento es “Santificar el Día del Señor!” ¡Escucha a tu Padre!
Por último, ¡Hagan una buena confesión! ¡No tengan miedo! Su deseo de “volver a la Iglesia” ya es una expresión sincera de arrepentimiento, un reconocimiento de que su amistad con Jesús en sí misma y a través de su Iglesia no es lo que debería ser. Cualquier sacerdote que valga la pena que se precia de estallar corchos de champán cuando alguien llama y pregunta por el sacramento, o cuando alguien entra en el confesionario y dice: “Padre, ha pasado ya un tiempo. ¿Puede ayudarme a volver por el buen camino con una buena confesión?”
Ahí lo tienen. Claro, hay mucho más que podriamos hacer. Estoy pensando en un mayor servicio y en hacer caridad, y algo de un estudio más profundo de nuestra fe Católica. Pero eso vendrá una vez que ustedes comiencen con las tres resoluciones anteriores.
¡Bienvenido a casa! ¡Un Año Nuevo lleno de bendiciones!