Catolicismo Hispano

Encuentro de la Diversidad Cultural en la Iglesia

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El Secretariado para Asuntos Hispanos de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) organizó, en el año 2000, en la ciudad de Los çngeles, California, un gran encuentro nacional católico que denominó Encuentro 2000. Allí, bajo el lema "Muchos Rostros en la Casa de Dios", se dieron cita alrededor de 5000 feligreses católicos procedentes de todas las diócesis y arquidiócesis de los Estados Unidos. Todas las razas y grupos étnicos que constituyen los diferentes rostros en la casa de Dios hicieron acto de presencia en una extraordinaria manifestación de fraternidad cristiana con un espíritu de interculturalidad. A ese Encuentro 2000 le habían precedido tres fructíferos Encuentros Hispanos, entre 1972 y 1985, que dieron un gran impulso al ministerio hispano en los Estados Unidos.

A diez años de haberse celebrado aquel gran Encuentro en Los çngeles, el Secretariado para la Diversidad Cultural en la Iglesia del USCCB convocó a líderes católicos (obispos, sacerdotes, religiosas y religiosas y laicos) de todo el país a un nuevo Encuentro, esta vez con reducida participación, para reconocer y celebrar la diversidad en la Iglesia Católica, en un espíritu de comunicación intercultural y en franco di‡logo con los obispos. La celebración se llevó a cabo en la Universidad de Notre Dame, South Bend, Indiana, desde 6 hasta el 8 de mayo del corriente año. A este Encuentro, al que fueron invitados unos 300 líderes católicos, asistieron 15 obispos entre ordinarios y auxiliares, los cuales tuvieron una activa participación en todo el proceso.

El objetivo del Encuentro fue crear una atmósfera de di‡logo y proveer la oportunidad para que los líderes se conocieran unos a otros e intercambiaran expectativas, sueños, esperanzas y desafíos. Con esto se busca que la rica y creciente diversidad de la Iglesia sirva como instrumento para fortalecer la identidad católica en los Estados Unidos a fin de que esta pueda llevar a cabo su misión evangelizadora de una manera m‡s efectiva.

Todos los grupos étnicos o familias que hacen vida en la Iglesia tuvieron una destacada participación en el evento, tanto en los aspectos litúrgicos como en las exposiciones y discusiones. En este Encuentro de dos días compartieron fraternalmente y en espíritu de oración las familias hermanas que constituyen la Iglesia Católica de los Estados Unidos, a saber, la familia afro-americana, la de nativos americanos, la de los asi‡ticos e islas del Pacífico, la de los euroameriocanos, la que forman los migrantes, refugiados y viajeros, y, naturalmente, la familia hispana.

Por las exposiciones y reflexiones que hicieron los representantes de cada una de esas familias quedó evidenciado que al interior de cada una de estas existe una gran complejidad, en algunos casos m‡s grande que la que existe entre las diferentes nacionalidades y grupos que componen la gran familia hispana. Pero por encima de las diferencias étnicas, culturales y lingŸísticas, en esos dos días de convivencia fraterna se vivió el verdadero espíritu de la unidad en la diversidad de la Iglesia.

Entre los obispos y arzobispos que asistieron estuvo el arzobispo Pietro Sambi, Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, quien trajo un mensaje para los participantes en la Convocatoria el cual concluyó enfatizando cuatro importantes principios para viabilizar la misión de la Iglesia en el marco del actual mundo globalizado. Estos son:

Tener una clara identidad católica,

Poseer un fuerte sentido de pertenencia a la Iglesia,

Vivir un ardiente deseo por la excelencia,

Permanecer abiertos a colaborar unos con los otros.

Por su parte, el arzobispo Jaime Soto, obispo de la diócesis de Sacramento y presidente del Comité para la Diversidad Cultural de la Iglesia, proclamó en el acto de apertura que, "No se puede vivir el Evangelio en su plenitud al margen de la cultura. No podemos comprometer las culturas de nuestra sociedad plural sin trabajar con ustedes y sus comunidades. No podemos hacer nada de esto sin el corazón y las manos, las mentes y los talentos, la visión y la vitalidad de todo el Cuerpo de Cristo."

El arzobispo Wilton D. Gregory, de la Arquidiócesis de Atlanta, presidió la Misa en la Basílica de Notre Dame. En su homilía llevó un mensaje claro a los líderes presentes: "Esta conferencia," dijo el Arzobispo, "no es sino el último capítulo de una larga historia para recordar a todos los miembros de la Iglesia que todos pertenecemos a Cristo y en Él nos pertenecemos unos a otros por la gracia del Espíritu Santo. No es necesario, de hecho, no debemos descuidar nuestra individualidad y la singularidad de nuestro patrimonio. Sin embargo, estas diferencias no deben ser barreras que nos separen de Cristo o unos de otros."

De su parte, el padre Allan Figueroa Deck, S. J. Director Ejecutivo del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia, dijo que uno de los principales propósitos de esta Convocatoria fue dejar bien claro que el planteamiento cultural de la Iglesia va mucho m‡s all‡ del mero multiculturalismo que sólo busca crear una atmósfera de tolerancia y respeto mutuo entre diversas culturas, es decir, "vivir y dejar vivir".

Finalmente, en demostración del compromiso social que debe caracterizar el liderazgo católico, los participantes de la Convocatoria enviaron una carta a los obispos de Arizona, apoyando su valiente postura de rechazo a la Ley SB 1070. "Les escribimos—dicen los firmantes de la carta—para expresar a Vuestras Excelencias y a la comunidad católica, y a todos los habitantes de Arizona y de todo los Estados Unidos, nuestra solidaridad ante una ley que a todas luces es injusta, y que crea una atmósfera de discriminación contra ciertos miembros de la comunidad."

El entusiasmo que generó esta Convocatoria se notaba en los rostros alegres de los participantes al momento de despedirse. El anhelo de muchos participantes es que ese entusiasmo y deseo de vivir la plena catolicidad de la Iglesia en su dimensión cultural pueda ser vivida plenamente en sus respectivas diócesis, sin poner en peligro la pérdida de sus respectivas identidades.