Catolicismo Hispano

En el Censo del 2010, Dejémonos Contar

Posted

De acuerdo a las leyes establecidas para tales fines, cada 10 años, en todo el territorio y posesiones de los Estados Unidos se debe llevar a cabo el Censo poblacional. Como han pasado 10 años desde que se realizara el último, en el 2000, este año, el 1 de abril, habrá de realizarse el Censo correspondiente a la presente década.

Desde las antiguas civilizaciones, las informaciones que se obtienen de los censos han sido utilizadas para fines útiles al buen desenvolvimiento de las sociedades. El censo se ha convertido en un instrumento de medición imprescindible para el buen manejo y la justa distribución de los recursos en un estado donde prima la libertad y la democracia. Las informaciones que obtiene la Oficina del Censo son vitales para el sano desenvolvimiento social, económico y político de la ciudad, el estado y el país.

El Censo tiene por objeto contar a todas, absolutamente todas, las personas que viven en los Estados Unidos, independientemente de sus condiciones migratorias. Esto significa que no importa que la persona sea ciudadana de los Estados Unidos, residente debidamente documentada, o sencillamente indocumentada. Toda persona que viva en los Estados Unidos debe ser contada. Y es muy importante que sepamos que la ley garantiza la absoluta confidencialidad respecto a las informaciones que se ofrecen. Según la ley, ninguna agencia, sea federal, estatal o municipal, puede obtener información personal de los datos que una persona suministra a la Oficina del Censo. Y esto incluye a la Casa Blanca, la Suprema Corte de Justicia, el IRS, la Oficina de Inmigración, la Policía, las Fuerzas Armadas, o cualesquiera otras agencias. Ni siquiera en una Corte se puede presentar como evidencia una copia del cuestionario del Censo. Para cumplir cabal y rigurosamente con esos aspectos de la ley, todos los empleados de la Oficina del Censo, incluyendo los de trabajo temporal, tienen que hacer un juramento de que toda información que reciban en el proceso del Censo tendrá que mantenerla en estricta confidencialidad. Debe quedar bien claro, que la Oficina del Censo, por ley federal, no puede, bajo ninguna circunstancia, difundir información obtenida de las personas censadas. La violación a esa norma legal está sujeta a sustanciales penalidades, incluyendo cárcel y multas.

Es importante que sepamos que los datos del censo afectan directamente a cada uno de los que residen aquí. Por ejemplo, los representantes en el Congreso de los Estados Unidos y en las legislaturas estatales y municipales quedan seriamente afectadas si cada uno de los que residen en su demarcación no es contado. En el Censo del 2000, en Nueva York, hubo muchas personas que no se dejaron contar por temores, debido a su estatus migratorio, y como consecuencia el Estado redujo su representación en el Congreso de 31 a 29 miembros y muchos recursos que debieron afluir a nuestras comunidades no llegaron. Dicen los expertos que si en el Censo del 2010 sucediera lo mismo, la representación de Nueva York pudiera descender de 29 a 27 y de nuevo nuestras comunidades dejarían de recibir cuantiosos recursos. Y definitivamente, eso no es bueno para los residentes del Estado, mucho menos para las minorías, como el caso de la comunidad hispana.

Para facilitar las cosas, el Censo que se efectuará este año será el más simple de todos los que se han hecho hasta la fecha. Es un simple cuestionario con diez sencillas preguntas que se puede llenar en 10 o 15 minutos. Este cuestionario será enviado a cada cabeza de familia en marzo del 2010 y debe ser debidamente llenado y devuelto a la Oficina del Censo. Si el cuestionario no es contestado, entonces un empleado de la Oficina del Censo, debidamente acreditado, visitará los hogares para llenarlo personalmente, entre mayo y julio de 2010. El cuestionario debe ser completado por la persona en cuyo nombre está el apartamento o casa, y debe colocar en el mismo a todas las personas que viven allí, no importa que sean muchos o pocos; familiares, amigos o "bordantes", documentados o indocumentados. El cuestionario debe estar en el idioma que habla y entiende la persona que habrá de llenarlo. Todos los hispanos que no hablan inglés tienen pleno derecho de solicitar que el cuestionario esté en español.

Los datos que arroja el Censo no son solamente convenientes y necesarios para que el gobierno haga una distribución justa de los recursos, también las organizaciones religiosas, entre otras, los utilizan para determinar la ubicación de sus miembros y ofrecer los servicios necesarios. Por ejemplo, la comunidad latina hace unas décadas se concentraba casi exclusivamente en la zona urbana de Nueva York, hoy día se sabe que hay un incremento considerable de latinos en los condados del Valle del Hudson y otros pertenecientes a la Arquidiócesis de Nueva York. Estos grupos de hispanos, la mayoría de los cuales profesan la fe católica, requieren que la Iglesia Católica les ofrezca el alimento espiritual y los servicios sociales que ésta acostumbra ofrecer. Los datos del Censo serán claves para establecer nuevos ministerios y nuevos servicios distribuidos de acuerdo a las características de la población.

La Iglesia llama a toda su feligresía a que seamos ciudadanos conscientes, que participemos activamente en el debate político y comunitario, y que allí llevemos con responsabilidad los principios morales y las virtudes de nuestra fe cristiana. Cada católico que reside en los Estados Unidos tiene el deber moral de participar en el Censo. La Iglesia nos llama a compartir su doctrina social y a ponerla en práctica donde quiera que nos encontremos. Hoy estamos aquí, y aquí se nos llama a que responsablemente participemos en el Censo, sin miedo, temores, inquietudes o sobresaltos. ¡Todos, pues, a dejarnos contar en el Censo del 2010!