Carismáticos Animados a Hacer Llamados por El Señor

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Dentro de Grace Hall en la universidad College of Mount St. Vincent, cientos de fieles miembros de la Renovación Carismática Católica arquidiocesana de Nueva York escucharon atentamente las palabras de guía del padre Joseph Espaillat y Juan De La Rosa, quienes hablaron sobre “fuego del espíritu en el cristiano".

La presentación fue parte de un retiro en español que duró un día completo llamado “Día de los Carismáticos” el 11 de septiembre en dicha universidad ubicada en la sección Riverdale del Bronx.

“Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará”, gritó el padre Espaillat al leer Efesios 14. “Mira bien, pues, cómo vives, no como los tontos sino como los sabios, aprovechando al máximo la oportunidad, porque los días son malos. Por lo tanto, no continúes en la ignorancia, sino que trata de comprender cuál es la voluntad del Señor”.

El sacerdote añadió: “Esto es para ustedes; estas palabras son para todos ustedes. San Pablo le dice a la gente en Efesios: estamos viviendo en malos momentos, estos son tiempos difíciles, y por eso debemos aprovechar el momento presente; ¡llenarnos del Espíritu!... Diríjanse unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y orando al Señor”.

El padre Espaillat es el párroco de San Antonio de Padua en el Bronx, director del Centro Carismático Hispano ubicado en ese lugar y director espiritual de la Renovación Carismática arquidiocesana. De La Rosa, director de la Renovación, tiene como sede el Centro.

“Dios nos dio ese don, el don del canto, la música”, continuó diciendo el padre Espaillat al hablar del gozo de la música en la alabanza del Señor. “Ese es el punto aquí, interactuar, compartir la alabanza a Dios con los salmos, los himnos, para que el Señor pueda escuchar la música que se canta desde sus corazones... Expresen su respeto por Cristo. Tengan un encuentro personal con el Señor; acepten a Cristo como su Señor y Salvador; arrepiéntanse de sus pecados; pidan por la intercesión del Espíritu Santo".

De La Rosa dijo: “Su encuentro con el Señor es cuando realmente lo aceptan como su guía, su director. Cuando hacen eso, algo tiene que pasar; algo tiene que pasar. Entonces las cosas no pueden seguir igual, no podemos derramar las mismas lágrimas, tener el mismo dolor, el mismo sufrimiento. Algo tiene que pasar".

De La Rosa animó a los fieles a gritar varias veces: ¡Algo tiene que pasar! “¡En un encuentro con el Señor, algo tiene que pasar!” Y luego hubo un fuerte y sostenido aplauso de la gente. “Amén, amén. Gloria a Dios”, afirmó el padre Espaillat.

“Esto es lo que me gusta acerca del Señor: Él tiene algo que dar; y hay que aceptarlo”, anotó De La Rosa. “Espero que con todas las bendiciones que Él tiene para ustedes, que todos ustedes las acepten hoy aquí. Amén." De La Rosa también animó a los fieles a hacer llamadas telefónicas a familiares y amigos para alabar al Señor juntos, orar y cantar y dar gracias a Dios juntos. Como es costumbre durante las reuniones de Renovación Carismática, los fieles participaron en la adoración y alabanza con los ojos cerrados y los brazos en alto, movidos por la música del coro, las palabras de los presentadores y el poder del Espíritu. Al evento asistieron más de 500 personas.

El padre Espaillat y De La Rosa dieron colorido a su presentación con bromas inocentes y divertidas, entre ellos mismos y con la gente, incluso recordando a los fieles en un momento, de manera humorística, que se abstuvieran de chismes y se concentraran más bien en la Buena Nueva.

Los eventos del día incluyeron una misa matutina celebrada por el padre Félix Reyes, párroco de Nuestra Señora Reina de los Mártires y San Judas en Manhattan, cuya homilía afirmó el tema del retiro del "fuego del espíritu en el cristiano". Hubo un testimonio por la tarde de Rafael Espinal, taxista y feligrés activo de la parroquia de San Nicolas de Tolentino en el Bronx, quien habló acerca de cómo el Espíritu Santo transformó su vida.

Cruz Matos, de 37 años y madre de tres hijos, estuvo entre los asistentes. Matos es feligresa de la parroquia de San Antonio de Padua. “Es importante que participemos en la vida de nuestra parroquia”, dijo Matos a Catholic New York citando un mensaje clave del padre Espaillat y De La Rosa. “La pandemia ha sido difícil, pero es hora de que regresemos a nuestras parroquias. Tenemos la responsabilidad de apoyar a nuestra Iglesia, de apoyar a nuestros pastores, de estar nuevamente activos en nuestras comunidades parroquiales. Así como el Señor se apasiona con nosotros, de igual forma debemos sentir pasión por Él. Ese es el movimiento carismático; ayuda a las personas a transformar sus vidas".

Basilia Manzano, de 46 años, también estuvo en la reunión. En el vestíbulo del Grace Hall, Manzano dijo a CNY: “Me gustó cómo hablaban de mantenernos en el fuego del Espíritu Santo, participar en la Sagrada Eucaristía con frecuencia y aprender más acerca de los santos. También aprecié cómo hablaron de la importancia de confesarse con más frecuencia. Estas cosas nos ayudan a permanecer cerca del Señor; esto es muy importante para nuestra vida espiritual”.

La Sra. Manzano, feligresa de la parroquia de San Antonio de Padua, agregó: "Este movimiento carismático ha sido una fuente de gracia".