Clero Recibe Alto Honor por su Servicio a la Comunidad Hispana

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El obispo auxiliar Gerald Walsh fue el celebrante principal en una misa de acción de gracias en español para conmemorar el 65º aniversario del Comité Fiesta de San Juan Bautista de la arquidiócesis. La liturgia y la cena ofrecida después de la misa honraron a las 23 personas galardonadas este año con la medalla de San Juan Bautista por su servicio a la comunidad hispana.

La celebración nocturna se llevó a cabo el 23 de junio en la iglesia de Santa Cecilia en la sección de East Harlem de Manhattan.

“Tenemos que dar gracias por esta celebración”, dijo el obispo Walsh en su homilía.

Entre los galardonados están tres obispos: el obispo Dennis Sullivan de Camden, N.J., ex obispo auxiliar y vicario general de la archidiócesis; el obispo Walsh, vicario del clero y vicario episcopal de Westchester Central; los decanatos de South Shore Westchester y Yonkers; y el obispo auxiliar John Jenik, vicario episcopal del Bronx, Manhattan del Norte y Harlem Central.

Monseñor Robert Ritchie, rector de la Catedral de San Patricio en Manhattan, es también uno de los homenajeados, al igual que el padre Richard Welch, C.Ss.R., vicario judicial de la arquidiócesis.

Una medalla fue otorgada póstumamente, para monseñor Neil A. Connolly, quien murió en abril a los 83 años. Él había servido como párroco de la parroquia de Santa María en la calle Grand en el Bajo Manhattan durante casi tres décadas, y en las parroquias del Bronx de Nuestra Señora de la Victoria y San Atanasio, y como vicario episcopal del sur del Bronx.

Todos los beneficiarios tuvieron algo en común: son clérigos quienes hace muchos años viajaron a Puerto Rico para un programa de inmersión de tres meses para aprender a mejorar su español y aprender más sobre la cultura. Al regresar a Nueva York, ellos estuvieron mejor preparados para servir a la comunidad puertorriqueña, y posteriormente a inmigrantes provenientes de otros países latinoamericanos, al poder celebrar la misa en español y coordinando o supervisando el catecismo y los programas del Ministerio Hispano.

El formato para el premio de este año rompió con la tradición, la cual es la de honrar a un prominente puertorriqueño en el campo de la religión, la educación, la medicina, las artes y otras disciplinas para la mejora de la vida de la Iglesia y la ciudad.

Once de los beneficiarios asistieron al evento. Un estimado de 230 personas asistieron a la misa; cerca de 200 asistieron a la cena, incluyendo a más o menos 20 voluntarios.

El Comité Fiesta de Juan Bautista fue establecido en 1952 y el primer grupo de participantes de inmersión viajo a Puerto Rico al año siguiente. Los cursos oficiales de inmersión terminaron en 1970; sin embargo, cursos ocasionales y menos formales continuaron y continúan aún en Puerto Rico y otros países latinos.

Así que todos los hombres son exalumnos del programa de inmersión del Instituto Español el cual comenzó en Puerto Rico hace casi 65 años, durante el mandato del cardenal Francis Spellman, y bajo la guía de un grupo de pioneros puertorriqueños y su mentor, el ya fallecido padre Joseph Fitzpatrick, S.J., de la Universidad Fordham.

Los organizadores dijeron que la misa y la cena conmemoran el compromiso desinteresado de los graduados del programa de seguir las huellas de San Juan Bautista, patrón de Puerto Rico. La mayoría de los 11 ganadores de las medallas y que asistieron a la ceremonia, también ayudaron al concelebrar la misa.

“Damos gracias al pueblo de Puerto Rico; damos gracias por haber tenido al cardenal Spellman entre nosotros”, continuó el obispo Walsh en su homilía.

El obispo Walsh también reconoció la importancia de difundir la Palabra del Señor, las enseñanzas de Cristo, no sólo con palabras, sino también en acción, para que otros vean la Luz de Cristo en una conducta basada en la fe. Y señaló como ejemplo, el compromiso y las obras de Juan Bautista.

Ray Quiñones, presidente del Comité Fiesta de Juan Bautista de la arquidiócesis, en una entrevista dijo: “Este es uno de los eventos más importantes que hemos tenido en los 65 años del Comité”.

“Ellos (aquellos que participaron en la inmersión) fueron quienes mantuvieron las escuelas abiertas, mantuvieron las iglesias abiertas y mantuvieron la fe para los hispanohablantes recién llegados... Pudimos identificar a 23 sacerdotes que habían ido a Puerto Rico, quienes todavía estaban viviendo en la arquidiócesis de Nueva York”.

Quiñones dijo que las primeras clases de graduandos del programa oficial de inmersión eran de 25 y 35 personas, pero que los números fueron mermando a medida que pasaron los años.

El padre Eric Cruz, párroco de la parroquia San Juan Crisóstomo en el Bronx, entrego las medallas después de la cena. Antes de ello, al comienzo de la misa, él leyó una carta de reconocimiento y felicitaciones del cardenal Dolan.

La cena, en el salón parroquial, fue una combinación de cocina estilo latino e irlandés, incluyendo arroz amarillo con frijoles gandules, pollo, carne de cerdo, papas y carne de res y repollo. Muchos de los galardonados con las medallas son de ascendencia irlandesa.

El festivo entretenimiento de la cena incluyó un pequeño grupo de música salsa, el cual también había tocado los himnos litúrgicos, al estilo salsa.

Otro galardonado, monseñor Robert Stern, un sacerdote jubilado de la arquidiócesis, dijo en una entrevista que él fue a Puerto Rico dos veces dentro del programa de inmersión, en 1959 y en 1960. “Fue una idea brillante; fue un movimiento valiente”, dijo monseñor Stern. “Esa era la cosa más importante acerca de ir a la isla: uno iba a vivir en Puerto Rico, y así aprender todo sobre la cultura”.

El padre James Flanagan, vicario parroquial de la parroquia de la Inmaculada Concepción en Manhattan, dijo a CNY que él tuvo el honor de ser contado entre los que recibieron una medalla. “Estoy agradecido de ser reconocido...Fue (el programa de inmersión) una experiencia maravillosa. Yo fui dos veces, como seminarista en 1969, y en 1971 como sacerdote recién ordenado”.

Los organizadores señalaron que iluminado por el Espíritu Santo, Juan Bautista fue primero al desierto y luego al ministerio público, llamando a todos al arrepentimiento y preparando el camino hacia el Señor. Ellos dijeron que los sacerdotes homenajeados fueron a Puerto Rico llenos de esperanza y que ellos regresaron a proclamar el Evangelio a los inmigrantes puertorriqueños necesitando ayuda con su fe, así como con las necesidades relacionadas con educación, vivienda, salud y empleo.

Entre los muchos frutos del esfuerzo, señalaron los coordinadores, estuvo la creación del Apostolado Hispano para la arquidiócesis, la actual oficina del Ministerio Hispano y los otros 17 comités hispanos arquidiocesanos del Caribe, así como de América Central y del Sur.

Los homenajeados, y ordenados este año, son:

Obispo Auxiliar Gerald T. Walsh 1967

Obispo Auxiliar John J. Jenik 1970

Obispo Dennis J. Sullivan 1971

Monseñor Donald Johnston 1955

Monseñor Patrick J. Carney 1955

Monseñor Walter A. Birkle 1958

Monseñor Peter J. O’Donnell 1958

Monseñor Robert Stern 1958

Monseñor Francis Gorman 1959

Monseñor Neil Graham 1959

Monseñor Patrick McNamara 1960

Monseñor Robert Ritchie 1971

Monseñor John Graham 1974

Padre Joseph O’Meara 1953

Padre Thomas B. Fenlon 1961

Padre Richard Adams 1965

Padre Peter K. Meehan 1968

Padre Paul J. Le Blanc 1969

Padre James D. Flanagan 1971

Padre Lawrence J. Quinn 1971

Padre John Duffell 1969

Padre Richard Welch, C.Ss.R. 1980

Monseñor Neil A. Connolly 1958