Dominicanos Celebran a Su Madre Espiritual en Misa de La Catedral

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Con júbilo, reverencia y fe, más de 1.200 fieles latinos, en su mayoría originarios de República Dominicana, celebraron la fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, la protectora de la pequeña nación caribeña.

La cuadragésima sexta misa anual de la arquidiócesis para Nuestra Señora de la Altagracia se ofreció el 13 de enero en la catedral de San Patricio. La liturgia española fue celebrada por el arzobispo Francisco Ozoria Acosta, de la arquidiócesis de Santo Domingo, quien también pronunció la homilía. El concelebrante principal fue el obispo auxiliar retirado Josu Iriondo, ex vicario del ministerio hispano. El día de la fiesta es el 21 de enero y la fecha representa un día festivo en la República Dominicana.

“Soy dominicana, y para mí, ella es la madre de nuestra gente”, dijo a CNY después de la misa Tersida De la Rosa, feligresa de la parroquia de San Martín de Tours en el Bronx. “Y ella es la madre de Dios —María intercede por nosotros ante el Señor; esto es algo que es muy importante”.

La Sra. De la Rosa, quien nació y se crio en la República Dominicana, recalco que su fe católica ha brindado fortaleza espiritual a su familia a través de la formación de la fe, en momentos de alegría y dolor, durante las enfermedades y cuando todos están sanos.

El arzobispo Ozoria Acosta, en su homilía, reflexionó sobre las palabras del papa Francisco, quien dijo que no somos huérfanos, que todos tenemos a la Madre María. Y el arzobispo mencionó la profunda devoción que san Juan Pablo II mantuvo por María.

“Qué bueno es que todos estemos aquí como familia, la familia de Dios, la familia dominicana”, dijo el arzobispo. “Cada vez que vengo aquí, y lo he hecho varias veces, me siento muy bien con todos ustedes, celebrando esta misa por Nuestra Señora de la Altagracia... Qué alegría se congrega aquí en esta hermosa catedral llamada San Patricio”.

El arzobispo agregó que él y otros miembros del clero de la República Dominicana siempre están atentos a las necesidades pastorales de los hermanos dominicanos que ahora residen en los Estados Unidos. El también recalco la diferencia entre la devoción mariana y la espiritualidad mariana. “La devoción mariana es una relación de afecto, amor y misericordia. Hacemos esto a través de la oración, el rosario y la devoción; esto ayuda a las personas con sinceridad a vivir su fe”, dijo el arzobispo Ozoria Acosta.

En cuanto a la espiritualidad mariana, dijo: “Es un paso más en nuestra relación con María. El Espíritu nos guía a identificarnos con María en sus actitudes. María obedece a Dios, creer en Dios es obedecer a Dios. Es un ejemplo que debe ser imitado... Ella es una colaboradora de Dios en el plan del Señor para la salvación de la humanidad; aunque ella no entendió (el mensaje del arcángel San Gabriel), ella aceptó al Señor”.

Emmanuel Acosta, de 34 años, feligrés de la parroquia del Sagrado Corazón en la sección de Highbridge del Bronx, dijo a CNY antes de la misa que el pide por su tierra natal. “Hay muchas cosas que han mejorado, pero también hay muchas cosas que aún necesitan mejorar: social, política y económicamente…Hay cosas que pueden estar mejor, tanto en el presente como el futuro. Es necesario que haya más inversión en la educación”.

“Soy católica desde que nací. Profeso la fe católica”, dijo Acosta. “Estoy firme en mi creencia en Jesucristo; asistir a misa es muy importante y Nuestra Señora de la Altagracia es la patrona de la gente de la República Dominicana. Aquí tenemos a la comunidad dominicana unida en nuestra fe”.

La procesión de entrada contó con casi 20 sacerdotes, incluyendo a monseñor Robert Ritchie, rector de la catedral, miembros del comité arquidiocesano de Nuestra Señora de la Altagracia y niños vestidos con uniformes de béisbol; el cual es un deporte popular en la República Dominicana.

Entre los funcionarios electos y dignatarios que asistieron a la misa estuvieron el representante a la cámara de los Estados Unidos, Adriano Espalliat (D-NY); el miembro del Consejo de la Ciudad de Nueva York, Ydanis Rodríguez; y Carlos Castillo, cónsul general de la República Dominicana en la ciudad de Nueva York.