Hermanas Misioneras Que Ayudan a Inmigrantes Acogen a Nueva York

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Cuarenta hermanas católicas visitaron la ciudad de Nueva York del 18 al 19 de marzo como parte del Programa de Intercambio de Hermanas entre Estados Unidos y América Latina de Extensión Católica, una iniciativa que proporciona fondos para que religiosas de América Latina puedan vivir y estudiar en los Estados Unidos durante cinco años, mientras hacen ministerio en las comunidades marginadas de inmigrantes en las diócesis pobres y rurales de los Estados Unidos.

El grupo de hermanas, representando a 12 congregaciones religiosas y seis países latinoamericanos, se reunió en Nueva York como parte de su formación cultural y académica en los Estados Unidos. Su intención fue la de visitar algunos de los sitios históricos más importantes de la ciudad para obtener una apreciación más profunda de la historia, belleza y las luchas de esta nación.

Después de asistir a una misa celebrada por el cardenal Dolan en la Catedral de San Patricio, las hermanas comenzaron su gira educativa con una excursión a la Estatua de la Libertad. Estas religiosas, que sirven a las nuevas y actuales olas de inmigrantes a los Estados Unidos, podrían relacionarse fácilmente con la famosa inscripción en la estatua que habla de los “rendidos, pobres y hacinados” del mundo “anhelando respirar en libertad”.

A los pies de Lady Liberty (como se conoce a la Estatua de la Libertad), las hermanas ofrecieron una oración sincera en nombre de las decenas de miles de inmigrantes a quienes ellas sirven colectivamente por todos los Estados Unidos. “Oh Jesús”, oraron con una sola voz, “bendice a los inmigrantes. Mantenlos cerca de tu corazón”.

Las religiosas continuaron hasta el Museo de la Isla Ellis, el otrora bullicioso puerto de entrada para los barcos que trajeron a 12 millones de inmigrantes a fines del siglo XIX y principios del XX.

Las hermanas también visitaron el 9/11 Memorial, donde se reunieron y ofrecieron una oración por todas las personas inocentes y héroes que perdieron sus vidas, y por las familias que lamentan su pérdida. La hermana Yelitza Ayala, que sirve a familias en el este rural de Texas, le pidió a Dios que permita que “reine la paz en nuestros corazones y en nuestras almas y en todo el mundo”.