Jóvenes Adultos Comparten Sus Viajes Ministeriales en Encuentro en Albany


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Krismely Garcia, Christopher Rivera y Daniel Solares, todos jóvenes adultos, tuvieron un mensaje común durante sus testimonios en Encuentro de la Región 2 en Albany. El mensaje fue que los jóvenes y jóvenes adultos no son solo el futuro de la Iglesia: “Somos el presente”.

Cada vez que los tres jóvenes discípulos misioneros nombraron este importante mensaje, los más de 300 fieles adultos de todo el estado presentes en la reunión de ministerio hispano respondieron con entusiasmados aplausos, gritando palabras de aprobación y apoyo. La atmósfera tipo rally trajo consigo sentimientos de alegría espiritual y esperanza para el futuro de las familias hispanas católicas y para todas las culturas de la familia en la Iglesia.

Los tres jóvenes hablaron sobre su dedicado servicio ministerial dentro de sus comunidades parroquiales, así como el arduo trabajo de otros jóvenes colegas en Cristo. Los proyectos de servicio voluntario que mencionaron van desde los últimos años hasta el presente y, por lo tanto, “somos el presente”. El mensaje fue que hay muchos jóvenes y jóvenes adultos ayudando a llevar a cabo la misión de la Iglesia, guiados por la Palabra de Dios, familias solidarias, el clero y los laicos

“En nuestra parroquia hemos estado ayudando a muchos jóvenes recién llegados a los Estados Unidos y a Nueva York”, dijo la Sra. García quien pertenece a la parroquia de Santa Isabel en la sección de Washington Heights en Manhattan.

“A veces ellos se sienten solos debido a las dificultades con el idioma inglés, pero tenemos esperanza. Tenemos gimnasio abierto y tenemos entrenamiento para monaguillos”.

García, Rivera y Solares participaron en un panel el 23 de junio enfocándose en el ministerio a jóvenes y jóvenes adultos. El grupo incluyó al obispo auxiliar de Nueva York, Peter Byrne; Luis Peña, asistente del director de la oficina arquidiocesana del Ministerio Hispano; y Cynthia Psencik, directora de la oficina arquidiocesana del Ministerio de la Juventud.

El Encuentro del 22 al 24 de junio se llevó a cabo en el Hotel Desmond.

El obispo Byrne dijo sentirse alentado de que muchos padres latinos estén de acuerdo en que “es importante preservar la cultura y la fe de la familia”.

El obispo también recalcó la importancia de guiar a los jóvenes en su camino de fe ayudándolos a buscar “un encuentro con Jesús”.

Rivera, feligrés de Santa Teresa en la sección de Lower East Side de Manhattan, dijo: “Brindamos programas para adolescentes y jóvenes adultos que se ven en las periferias de nuestra comunidad”.

“Muchos de ellos se han alejado de la Iglesia”, él dijo, quien además señaló que se están realizando esfuerzos para “acomodarlos e invitarlos a nuestra vida parroquial sin juzgarlos… Sea cual sea la vida que han estado viviendo, ellos necesitan saber que Cristo es más grande que cualquier dificultad que puedan estén viviendo”.

Solares, quien pertenece a la diócesis de Albany, habló sobre los desafíos que representa el ministerio para adolescentes hispanos de acuerdo con su preferencia de idioma. Los nacidos y criados en los Estados Unidos a menudo prefieren comunicarse en inglés mientras que los recién llegados suelen preferir que las reuniones parroquiales se celebren en español.

“Lo importante es escuchar, de escuchar las necesidades de los jóvenes y también de escuchar las preocupaciones de sus padres”, dijo Solares.

El mismo día, delegados principales realizaron talleres sobre diferentes temas. Los talleres para jóvenes y jóvenes adultos incluyeron la necesidad de crear y promover retiros espirituales y talleres bilingües para activar los dones de los adolescentes hispanos que se encuentran en riesgo, y ayudarlos a superar desafíos como la influencia de pandillas, el uso de drogas, intimidación, deserción escolar, depresión e ideas suicidas.

Los delegados en esas sesiones grupales, usando el documento de trabajo de la Región 2, discutieron el cumplimiento de estos y otros objetivos parroquiales relacionados con los jóvenes, siempre enfatizando la necesidad de “caminar con Jesús, dando testimonios de vida a sus compañeros como discípulos misioneros”.